martes, 8 de mayo de 2007

Fiesta en Atenas


Todo el que sea fanático de fútbol recordará aquél 25 de Mayo de 2005. El día en que el deporte se detuvo por un instante y nos recordó lo hermoso y caprichoso que puede ser. Ese día todo hincha, fana, tifossi del equipo que fuere, es un día que deberá quedar grabado en su corazón, un día que dejará una huella imborrable y que seguramente le recordará constantemente por qué el fútbol es tan importante en nuestras vidas. Aquél miércoles en Estambul el fútbol le gritó a la Tierra que no había muerto, que estaba más vivo que nunca.


Recuerdo perfectamente el escenario, recuerdo los 3 lapidarios goles del Milán, recuerdo el “gol de la honra” de Gerrard, recuerdo el derechazo de Smicer, recuerdo el penal fallado y contrarrematado de Xavi Alonso, recuerdo la falla de Shevchenko en Tiempos Extra, recuerdo el último penal atajado por Dudek, recuerdo las lágrimas de los milanistas, recuerdo las lágrimas de los reds, recuerdo el grito de victoria de Gerrard y recuerdo como todos los que vimos ese partido supimos que el fútbol ya no era igual.
El destino se frotó las manos al terminar esa final… nosotros nunca los supimos.


La mesa está puesta y el escenario es más que perfecto. La capital griega tiene tanta historia que lo que sucederá el 23 de mayo es minúsculo y Atenas es tan grande que sobrepasa el evento y nos proyecta a la eternidad del Olimpo.


Una vez en territorio del Imperio Otomano vivimos una verdadera guerra, una muestra de como en alguna forma nuestro mundo ha evolucionado y ahora los grandes paises deciden pelear por algo sin necesidad de lastimarse.La Íliada y la Odisea de Homero son mucho más grandes que la historia que está por escribirse. Los protagonistas de esta historia no son Ulises ni Aquiles pero los que librarán esta batalla épica tal vez, algún día alcancen niveles mitológicos.
Por eso en Atenas no es “revancha”, lo que estamos por presenciar es una verdadera fiesta. Una”fiesta en Atenas”.