viernes, 21 de mayo de 2010

La Champions y Yo Parte 2

Una de las finales que menos he disfrutado es sin duda la del 2002. Recuerdo perfectamente el gol circunstancial de Raul, recuerdo la furia en el gol de Lucio, pero también recuerdo; y quisiera no hacerlo, el momento en que Zinedine Zidane se erigió como la máxima figura futbolística que han visto nuestros ojos, para nosotros los que nacimos a finales de los 80's y principios de los 90's. No fueron los dos goles a Brasil en la final de la Copa del Mundo. No fue aquel tiro libre a España en la Euro, ni el gol a Portugal en los tiempos extra. Fue en Glasgow, con esa volea de zurda, impresionante, perfecta que lo supimos. Nuestra bandera sería Zidane. Las atajadas increíbles de Casillas (que había entrado de cambio) fueron nada más que anecdóticas. La final debió terminar en el primer tiempo. El Madrid ganaba la Novena, misma que sigue siendo su última.

Al año siguiente; en el 2003, volvía la Juventus, y se enfrentaba a un Milan que había pasado a la final por goles de visitante contra el Inter de Milán (sobra decir que juegan en el mismo estadio) un hecho por demás absurdo, pero ahí estaban, en la final de Old Trafford. Del partido, no soy el único que no recuerda mucho, era más importante la ausencia de Nedved que la atajada de Buffon a Inzaghi. Y así, con un 0-0 llegaron a los penales. La tristeza volvió a adentrarse en mi. El Milan ganaba su sexta Champions, era el regreso del Diablo al protagonismo, y la Juve, jugaba su última final de Europa.

El 2004 fue el año más bizarro en lo que yo he visto de fútbol, Grecia ganó la Eurocopa, Once Caldas se proclamó campeón de América y el Porto y el Mónaco protagonizaron la final de la Champions. Comandados por José Mourinho, el Porto aplastó al Mónaco de Didies Deschamps, una de las finales menos pintorescas, que yo pueda recordar. Sin duda el evento más importante fue que ese día "The Special One" dio uno de sus más grandes pasos para convertirse en lo que para muchos es hoy, el mejor entrenador de fútbol.

Afortunadamente llegó el 2005 y con él, la final más mágica que jamás haya existido. Con dos goles de Crespo y uno de Maldini, el Milan arrancaba el segundo tiempo con algo más que medio trofeo ganado. El huracán rojo de 7 minutos que se desató en Turquía fue incontenible para un Milan que no daba crédito a lo que sucedía. El Liverpool había empatado un partido imposible. Para los penales era obvio que la suerte estaría del lado de los de Mersey. Un poema de partido, un regalo de final.

La final del 2006 enfrentaba al Barcelona y al Arsenal, y todos esperábamos un partido espectacular, pero la expulsión del portero Lehman cambió la historia. Al final, solo nos acordaremos de las dos magistrales asistencias de Henrik Larsson, y del gol de Beletti por abajo de las piernas de Almunia. Era el primer mexicano en ganar la Champions y era la confirmación del Barcelona como un grande de Europa.

El 2007 enfrentó a los actores de aquella final en Estambul, y por supuesto nadie esperaba la misma emoción, pero tampoco esperábamos que fuera todo lo contrario. Un gol de panza y otro con gran asistencia del entonces mejor del mundo Kaka; ambos obra del cuasifutbolista Filippo Inzaghi, bastaron para enterrar a un Liverpool que a falta de 4 minutos descontó y metió miedo en los fanáticos del Milan pero, dificilmente el Milan comete dos veces el mismo error. Séptica Copa para el Milan, quinta para Maldini y fin del ciclo rossonero.

2008. Final inglesa. Cristiano Ronaldo y Lampard firmaron el empate y otra vez a los penales. Cristiano Ronaldo falló y lloró, y 8 tiros después llegaba el capitan Blue; John Terry, quien mas sino el para darle la primera Champions al Chelsea, pero Terry resbaló, víctima de su conciencia quizá, estrelló el balón en el poste y la serie continuó. Anderson anotó, Van der Saar atajó y el Manchester United consiguió su tercera copa de Europa. Sir Alex lo había logrado de nuevo.