lunes, 28 de mayo de 2007

Sentimientos Encontrados


Ayer fue un día especial, la noche comenzó lluviosa y el día parecía tener un final nublado, triste, sombrío y en parte así tenía que ser porque las noches de final son alegría para muchos y desconsuelo para otros tantos. Pero aunque todas las finales son diferentes. Ésta era más especial, mucho más especial porque sería el último día de un grande, quizá el más grande que a mi edad de 20 años he tenido el privilegio de ver jugar en una cancha de la primera división mexicana, el más grande que he visto vestir la verde, el más odiado, el más amado, el más grocero, el más descarado, el único, el inigualable.
El primer tiempo de la final pesó mucho en el último gran ídolo americanista, el nerviosismo de abandonar a sus adoradas águilas, la presión de saber que tenía que dejar el americanismo y la obligación de dar una de sus noches inspiradas minaron su pensamiento, Cuauhtémoc era irreconocible, intrascendental y lo mismo el América porque sin Blanco, el América es poco, muy poco. El Pachuca, sin apuro se dedicó a observar a su timorato rival, y sabiéndose campeón de México no hizo mucho por despertar al dormido América.
Llegó el segundo tiempo y el Capitán azulcrema despertó, asistió a Cabañas pero por poco no llegó. Desparramó a Caballero y López pero Mosquera desvió su disparo, se podía sentir que Cuauhtémoc estaba de vuelta y dispuesto a entregar su alma para que su América lo viera por última vez campeón.
Tiro libre a favor del América, nunca olvidaré este momento. Cuando "el Temo" tomó VUELO como para despegar del cielo... lo supe, cuando silbo el árbitro le dije a mi hermano: "Lo va a hacer Cuau" y lo hizo, y cómo lo hizo. El disparo de Blanco pasó por afuera de la barrera y se clavó en el ángulo izquierdo de la portería del Pachuca, la última "pincelada"de la gran pintura del Cuau en México.
Nunca nos imaginamos que la obra de arte de Cuauhtémoc despertaría al gran Pachuca, el llamado equipo de México despertó de su letargo y demostró una vez más ser el mejor equipo del país (por si quedaban dudas).

Un usualmente inspirado Damián Álvarez fue más que suficiente y por la banda izquierda hizo lo que quiso con el seleccionado nacional "gringo" Castro y en uno de sus constantes desbordes recortó hacia adentro y metió un balón filtrado para que Juan Carlos Cacho sentenciara el merecido título del Pachuca.
Lo importante del triunfo del Pachuca además de premiar al mejor de la liga; jornada trás jornada, es una muestra de un equipo pleno que cuando debe ganar siempre lo hace por la simple razón de que es mejor que su rival. En México no estamos acostumbrados a que el equipo "bueno" siempre gane porque la mediocridad de nuestro torneo nunca marca tanta diferencia entre el mejor equipo y uno que esta al borde del descenso pero el Pachuca es un equipo mexicano que no lo parece porque siendo el mejor siempre se comporta como tal y esto es lo más importante de éste equipo.
Por eso al final de la noche experimenté sentimientos tan opuestos que pensé que solo el fútbol puede producirlos al mismo tiempo. La victoria del Pachuca me hizo muy feliz; porque odio al América, porque el Pachuca es el mejor y porque odio al América...
Pero la despedida de Cuauhtémoc me dejó triste, porque se que después de él, nuestro fútbol ya no es igual, pero también se que vivirá para siempre en nuestos recuerdos.
Así que, Felicidades Pachuca y Adiós Cuau, espero verte vestido con la verde, cubriendo de gloria al tricolor como lo hiciste alguna vez... y por eso parafraseando a la hinchada de river, me despido de ti Cuau diciéndote que... "TE ODIO, TE ODIO PERO CON TODO MI AMOR".